blanquear el comunismo mediante un lenguaje edulcorado no es justo ni se adecúa a la realidad
Definición del comunismo como un totalitarismo
Definición del comunismo como un totalitarismo
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Pese a que las entradas de los términos fascismo y nacionalsocialismo del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española contienen el adjetivo totalitario como modificador del nombre para el que aplican, no sucede así cuando se trata de la palabra comunismo.
El comunismo merece el mismo tratamiento ético-léxico dado al resto de los totalitarismos: fascismo y nacionalsocialismo. Porque la única diferencia real entre ellos es el espacio que aspiran a controlar (el comunismo es universalista y el fascismo y el nacionalsocialismo, nacionalistas).
De hecho, la misma RAE define así totalitarismo:
"Doctrina y regímenes políticos, desarrollados durante el siglo XX, enlos que el Estado concentra todos los poderes en un partido único ycontrola coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial"
El comunismo es una ideología que sigue gozando de respeto y prestigio en España, y otras partes del mundo, pese a ser criminal por naturaleza, y haber cometido, en nombre de la supresión de los medios privados de producción para un ‘’horizonte de plena felicidad con el alumbramiento de un nuevo hombre’’, un número de muertes cuatro veces superior al de los regímenes totalitarios con que coexistió en el siglo XX, el fascismo y el nacionalsocialismo.
El blanqueamiento del comunismo, del cual la Real Academia de la Lengua Española es cómplice al dar una definición dulcificada del mismo, ha permitido que dicha ideología criminal tenga un aura de respetabilidad que sólo ha podido mantenerse mediante la ocultación premeditada de sus crímenes y de su naturaleza intrínsecamente totalitaria, incompatible con la democracia.
Sustraer a las palabras de su verdadero significado para evitar ser blanco de los ataques de quienes apoyan dicha ideología totalitaria, no es ya sólo un síntoma de preocupante cobardía, sino de falta de profesionalidad de una institución como la Real Academia de la Lengua Española, cuya divisa debiera ser el rigor y, sobre todo, la verdad.
Por todo ello exigimos que en la próxima edición del DLE se adjetive al término comunismo como totalitario, de igual manera que lo hace con las palabras: fascismo y nacionalsocialismo.
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Adjetive al comunismo como totalitario al igual que el fascismo
Pese a que las entradas de los términos fascismo y nacionalsocialismo del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española contienen el adjetivo totalitario como modificador del nombre para el que aplican, no sucede así cuando se trata de la palabra comunismo.
El comunismo merece el mismo tratamiento ético-léxico dado al resto de los totalitarismos: fascismo y nacionalsocialismo. Porque la única diferencia real entre ellos es el espacio que aspiran a controlar (el comunismo es universalista y el fascismo y el nacionalsocialismo, nacionalistas).
De hecho, la misma RAE define así totalitarismo:
"Doctrina y regímenes políticos, desarrollados durante el siglo XX, enlos que el Estado concentra todos los poderes en un partido único ycontrola coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial"
El comunismo es una ideología que sigue gozando de respeto y prestigio en los países de habla hispana, y otras partes del mundo, pese a ser criminal por naturaleza, y haber cometido, en nombre de la supresión de los medios privados de producción para un ‘’horizonte de plena felicidad con el alumbramiento de un nuevo hombre’’, un número de muertes cuatro veces superior al de los regímenes totalitarios con que coexistió en el siglo XX, el fascismo y el nacionalsocialismo.
El blanqueamiento del comunismo, del cual la Real Academia de la Lengua Española es cómplice al dar una definición dulcificada del mismo, ha permitido que dicha ideología criminal tenga un aura de respetabilidad que sólo ha podido mantenerse mediante la ocultación premeditada de sus crímenes y de su naturaleza intrínsecamente totalitaria, incompatible con la democracia.
Sustraer a las palabras de su verdadero significado para evitar ser blanco de los ataques de quienes apoyan dicha ideología totalitaria, no es ya sólo un síntoma de preocupante cobardía, sino de falta de profesionalidad de una institución como la Real Academia de la Lengua Española, cuya divisa debiera ser el rigor y, sobre todo, la verdad.
Por todo ello exigimos que en la próxima edición del DLE se adjetive al término comunismo como totalitario, de igual manera que lo hace con las palabras: fascismo y nacionalsocialismo.
Adjetive al comunismo como totalitario al igual que el fascismo
Pese a que las entradas de los términos fascismo y nacionalsocialismo del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española contienen el adjetivo totalitario como modificador del nombre para el que aplican, no sucede así cuando se trata de la palabra comunismo.
El comunismo merece el mismo tratamiento ético-léxico dado al resto de los totalitarismos: fascismo y nacionalsocialismo. Porque la única diferencia real entre ellos es el espacio que aspiran a controlar (el comunismo es universalista y el fascismo y el nacionalsocialismo, nacionalistas).
De hecho, la misma RAE define así totalitarismo:
"Doctrina y regímenes políticos, desarrollados durante el siglo XX, enlos que el Estado concentra todos los poderes en un partido único ycontrola coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial"
El comunismo es una ideología que sigue gozando de respeto y prestigio en los países de habla hispana, y otras partes del mundo, pese a ser criminal por naturaleza, y haber cometido, en nombre de la supresión de los medios privados de producción para un ‘’horizonte de plena felicidad con el alumbramiento de un nuevo hombre’’, un número de muertes cuatro veces superior al de los regímenes totalitarios con que coexistió en el siglo XX, el fascismo y el nacionalsocialismo.
El blanqueamiento del comunismo, del cual la Real Academia de la Lengua Española es cómplice al dar una definición dulcificada del mismo, ha permitido que dicha ideología criminal tenga un aura de respetabilidad que sólo ha podido mantenerse mediante la ocultación premeditada de sus crímenes y de su naturaleza intrínsecamente totalitaria, incompatible con la democracia.
Sustraer a las palabras de su verdadero significado para evitar ser blanco de los ataques de quienes apoyan dicha ideología totalitaria, no es ya sólo un síntoma de preocupante cobardía, sino de falta de profesionalidad de una institución como la Real Academia de la Lengua Española, cuya divisa debiera ser el rigor y, sobre todo, la verdad.
Por todo ello exigimos que en la próxima edición del DLE se adjetive al término comunismo como totalitario, de igual manera que lo hace con las palabras: fascismo y nacionalsocialismo.
